En el ámbito inmobiliario mexicano, es común confundir los conceptos de “propiedad” y “posesión”, aunque en términos legales son completamente distintos. Conocer esta diferencia es crucial para quienes desean comprar, vender o heredar un inmueble, ya que puede marcar la diferencia entre tener derechos plenos sobre un bien o simplemente ejercer su uso.
¿Qué es la propiedad?
La propiedad es el derecho real que una persona tiene sobre un bien, y está protegida por el artículo 27 de la Constitución Mexicana y regulada por el Código Civil. Este derecho implica poder usar, disfrutar y disponer del inmueble —incluso venderlo, arrendarlo o hipotecarlo— dentro de los límites de la ley. La prueba principal de la propiedad es la escritura pública inscrita en el Registro Público de la Propiedad, que otorga certeza jurídica al propietario.
¿Qué es la posesión?
La posesión, en cambio, es la tenencia de un inmueble con la intención de ejercer actos de dueño, aunque no necesariamente se tenga el título legal. Es decir, alguien puede poseer un terreno, vivir en él, cuidarlo e incluso construir sobre él sin ser su propietario legal.
La posesión puede ser buena fe (cuando el poseedor cree legítimamente ser el dueño) o mala fe (cuando sabe que no lo es). En México, el Código Civil establece que la posesión prolongada puede llevar a adquirir la propiedad por medio de la figura de la prescripción positiva, tras ciertos años de posesión continua y pacífica, dependiendo del caso.
Diferencias clave
La copropiedad en México
Un tema adicional importante es la copropiedad, cuando dos o más personas son titulares de un mismo inmueble. Cada copropietario posee una parte ideal del bien, y todos tienen los mismos derechos sobre él, aunque no estén divididos físicamente.
Ventajas de la copropiedad:
Permite compartir gastos de adquisición, mantenimiento y mejoras.
Es común en herencias, matrimonios o inversiones conjuntas.
Fomenta acuerdos colaborativos entre familiares o socios.
Desventajas de la copropiedad:
Las decisiones importantes (venta, remodelación, uso) requieren el consentimiento de todos los copropietarios.
Puede generar conflictos si no hay buena comunicación o intereses comunes.
Para vender o dividir el inmueble, en ocasiones se requiere un juicio de partición.
Comprender la diferencia entre propiedad y posesión permite tomar decisiones informadas y prevenir conflictos legales. Mientras que la posesión puede brindar acceso físico a un inmueble, solo la propiedad otorga la plena seguridad jurídica. Y cuando se trata de copropiedad, contar con acuerdos claros y asesoría legal es clave para una convivencia armoniosa y efectiva.